Laciana y el “estallido social”

A la mesiánica alcaldesa de Villablino, la singular socialista Ana Luisa Durán, alguien debió soplarle al oído eso de que “una mentira mil veces repetida se transforma en verdad” y se ha quedado con la copla. Estos son algunos de sus estribillos favoritos y más coreados: “Villablino se acerca, cada día más, a un estallido social”, “todo el mundo está en paro”, “la gente aquí ya no tiene nada que perder”. ¡Qué acojono! Sin embargo, en Laciana, pocos son los que le conceden algún crédito a estas artificiosas y engañosas manifestaciones. Un estallido social es lo que ella y su amigo Victorino Alonso desearían fervientemente. Ambos llevan ya algún tiempo intentando utilizar a la ciudadanía como ariete contra el ministro Soria. El mensaje no puede ser más claro, o desbloqueas la pasta que le tienes retenida al ejemplar y modélico empresario minero o en este valle arde Troya. Pero ni la guerra de Troya ni el estallido social en Laciana tendrán lugar. Esencialmente porque la ciudadanía ya no confía en estos dos charlatanes. A lo largo de todos estos años han podido comprobar que el interés que mueve a este dúo de barandas es el personal. O sea, el político-económico y viceversa. El valle de Laciana se la bufa. Y para conseguir sus objetivos no han escatimado medios, hasta han echado mano de la violencia.

Porque violencia es enviar a los trabajadores de las explotaciones a cielo abierto contra Los Verdes y reventarles el primer acto de campaña electoral. Estos hechos ocurrieron en el año 2007 y en presencia de Ana Luisa Durán que esbozaba una sonrisa de oreja a oreja. Y como le va la marcha, ésta pacifista de pacotilla, volvió a liarla. En esta ocasión convocando un pleno extraordinario (12-08-2010) para oficialmente apoyar un manifiesto de la patronal minera. Con un salón abarrotado el concejal de Los Verdes fue insultado, amenazado y vilipendiado por los trabajadores de Victorino. Tuvo que salir del ayuntamiento en un vehículo de la Guardia Civil, mientras la alcaldesa y sus sabuesillos observaban sonrientes la escena desde la acera de enfrente. El resto de la jauría zarandeaba el vehículo de la benemérita. Apuntar un dato ciertamente curioso. La Guardia Civil no formuló, de oficio, denuncia de los hechos ante el Juzgado de Villablino. En cambio sí lo hizo contra un militante de Los Verdes que le envió la policía municipal por orden de la alcaldesa. El delito que se le imputaba, del que por cierto fue absuelto por un Juzgado de León, atentado contra agentes de la autoridad. Y todo por tomar una fotografía que incomodaba a la regidora. Así concibe esta singular socialista la libertad de expresión y de información. La seudo izquierda, cuando ostenta el poder, se parece mucho al nacional catolicismo. Idénticos tics totalitarios. Y para demostrar que las hazañas de estos personajes no son hechos aislados ni fortuitos, sino que forman parte de una estrategia diseñada para quitarse del medio a quienes pueden obstaculizar los planes de Victorino y sus esbirros, he aquí otra prueba inapelable.

El sábado 27 de agosto de 2011, la alcaldesa y todo su equipo de Gobierno se pusieron al frente de una manifestación para desalojar una acampada del 15M en Sosas de Laciana. Manifestación convocada y auspiciada desde el Ayuntamiento y con la colaboración del PSOE y la UGT. Oficialmente con el noble motivo, una vez más, de defender el carbón. Sin embargo, como se puede observar por las imágenes, Los Verdes volvieron a ser la diana de estos singulares demócratas. En este fragmento del vídeo el que grita desaforadamente no es otro que el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Álvarez Maestro. El mismo que en una sesión del pleno de la corporación en tono amenazante inquirió al edil de Ecolo-Verdes negando que profiriera la menor amenaza y lo emplazó a que lo demostrara. Y como primero se coge a un mentiroso que a un cojo aquí queda retratado este sujeto. La ruina política y moral de los socialistas lacianiegos es de una evidencia palmaria. Sin embargo, a los prebostes de León, Valladolid y Madrid no parece que les importe mucho. Que sus compañeros de Laciana se hayan convertido en los máximos defensores de Victorino, que recurran a la violencia o que protejan a un condenado por un delito de abusos sexuales, no parece que sean motivos suficientes para tomar cartas en el asunto. No obstante, seguiremos aportando más pruebas sobre las andanzas de esta tropa.